En el episodio del podcast Emprenda BSB #23, Cecília Bona, fundadora de Dona Conserta, compartió un poco de su historia y habló de las mayores dificultades para iniciar un negocio.
Cecília Bona inició el emprendimiento a los 20 años y, después de algunos intentos fallidos con sus propias empresas de diseño, su área de formación, incluso pensó en renunciar al emprendimiento. Completó una Maestría en Artes y se convirtió en maestra.
Luego de un problema personal que sufrió la propia Cecilia, la emprendedora creó una empresa que ofrece más de 157 servicios residenciales diferentes para mujeres, su público objetivo. La empresa cuenta con un equipo formado 100% por mujeres, todas ellas con formación profesional.
Doña Conserta comenzó su promoción en grupos de WhatsApp de personas cercanas a Cecília y, así, encontró una oportunidad de negocio muy innovadora en la capital de Brasil. Considera que el “boca a boca” es la mejor estrategia de comunicación y que, a día de hoy, es la estrategia que más retorno aporta a su empresa.
La empresa
Doña Conserta comenzó solo con Cecília, como la mayoría de las pequeñas empresas, pero, después de un tiempo, conoció a Denisa, actualmente socia de la empresa y hoy tienen varios empleados.
Cecília cree que su mayor diferencia, además de un equipo formado 100% por mujeres, es el trato que sus empleados dan a sus clientes, así como el cuidado de la casa y el conocimiento técnico de los profesionales.
Visión de mercado
Doña Concerta vio que había una oportunidad en el mercado más allá de los servicios residenciales. Por eso, hoy también realizan proyectos especiales para sus clientes. Se trata de reformas o mejoras, siempre y cuando exista un proyecto realizado por profesionales en la materia, con el objetivo de entregar el servicio en el plazo y presupuesto solicitado por sus clientes.
Dificultades en el camino
En un mercado predominantemente masculino, Doña Conserta innovó su servicio enfocado al público femenino y realizado únicamente por mujeres. Cecília dice que no fue tan difícil ingresar al mercado, ya que las mujeres aceptan muy bien la idea, ya que, además de hacer sentir más seguros a los clientes, Dona Conserta encanta a sus clientes con su compromiso y puntualidad.
Aunque el público objetivo son mujeres, hoy la empresa cuenta con varios clientes masculinos.
Cecília también dice que todavía existen algunos prejuicios, tanto entre hombres como entre mujeres, respecto a que las actividades sean realizadas por un equipo femenino. Algunas personas todavía se preguntan cómo las mujeres tendrán la fuerza para realizar algunas tareas o transportar algunos materiales. Dice que, a veces, al realizar servicios residenciales en casas que tienen hombres, muchos todavía quieren opinar, criticar o probar el servicio de su equipo, a pesar de que todos tienen profesionalización técnica en las actividades que realizan.
El deseo de emprender
Cecília dice que sintió muchas dificultades al iniciar la empresa, ya que su ansiedad por crear el negocio perfecto terminó perjudicándola. Después de un tiempo, el empresario se dio cuenta de que las actividades administrativas siempre existirán y que deben realizarse y mejorarse día a día.
“Es realmente genial trabajar con lo que creemos. No es un lecho de rosas. A menudo sueño con un trabajo de 8 horas y desconectar. Pero no, estoy aquí. A medianoche me acuesto en la cama pensando en la cita de mañana. Me despierto durante 8 horas pensando en las facturas que tengo que hacer al final del día. Y eso es todo, pero en el fondo está ese orgullo: 'Es mío, lo estoy construyendo, lo construí, empleo gente' ¡y eso es genial!", dice Cecília.
¿Y el futuro?
Cecília aspira a hacer crecer su empresa, pero hoy las agendas de sus empleados siempre están llenas y la dificultad de conseguir mano de obra especializada en el mercado de Brasilia es muy difícil. En un proceso de selección abierto por la empresa solo recibieron seis CV, lo que demuestra la falta de personas con conocimientos técnicos en la Capital Federal.
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