Coches por aplicación, alquiler de bicicletas y alojamiento de temporada.
Seguramente ya has utilizado alguno de estos servicios, o al menos has oído hablar de ellos, ¿verdad? Estos son algunos ejemplos de una nueva tendencia global conocida como Economía Colaborativa.
El nuevo modelo ha ido transformando la forma en que la gente consume bienes y servicios y, por tanto, revolucionando la economía. Entonces, si nunca has oído hablar del tema, ¡estamos aquí para decirte por qué necesitas mantenerte actualizado ahora mismo!
Pero ¿qué es la economía colaborativa?
La economía colaborativa es un modelo económico que permite a los usuarios compartir productos y servicios, mediante alquileres, suscripciones, intercambios y préstamos. Durante la última década, la sociedad ha sido testigo del rápido crecimiento de esta forma de economía, que valora la comodidad, permitiendo al consumidor utilizar un bien o servicio sólo durante el tiempo que le convenga, sin necesidad de adquirirlo.
Según el profesor del IDP Pedro Nery, "los consumidores se benefician de menores costos y mayores opciones".
Algunos de los ejemplos más populares son los coches basados en aplicaciones y el alquiler de viviendas por temporada. Pero, ¿sabías que hoy en día es posible alquilar de todo, desde herramientas de mantenimiento y espacios de almacenamiento hasta bolsos y juguetes de lujo?
Gabriela Koetz es funcionaria y madre de dos hijos. Ella dice que ya ha alquilado varios artículos para sus hijos, como andadores y parques, pero también alquila juguetes como casas inflables y centros de actividades.
El alquiler temporal ofrece beneficios económicos: “eran artículos que mis hijos solo usarían por poco tiempo y tenían un valor elevado, por lo que el alquiler tenía una buena relación calidad-precio”, explica Gabriela.
Además, dice que quedó tan satisfecha con la experiencia que dejó de comprar artículos por la posibilidad de alquilarlos.
El servidor público recomienda compartir con personas en su misma situación: "el servicio nos permite diversificar los juguetes de los niños sin tener que comprarlos. Además, es una forma de consumo sostenible", explica Gabriela.
La cuestión del consumo sostenible realmente gana relevancia. La economía colaborativa, al promover la reutilización de productos, reduce el impacto ambiental provocado por la producción excesiva de artículos poco utilizados, de fácil desechado y altamente contaminantes. Pedro Nery afirma que “la tendencia llegó para quedarse, especialmente ante el cambio climático, que seguirá presionando las formas tradicionales de consumo”.
Y, si dudas de la satisfacción de los pequeños ante los juguetes por un tiempo limitado, Gabriela garantiza que la experiencia también trajo beneficios a sus hijos. “Los niños se aburren rápidamente con los juguetes y la ubicación les permite variar más su repertorio”, afirma el servidor público. En otras palabras, ¡no más juguetes abandonados en el fondo del armario!
Ofrecer bienes o servicios en el modelo compartido.
Las aplicaciones de servicios compartidos brindan varias oportunidades para quienes desean generar ingresos.
Entre los ejemplos más conocidos se encuentran las empresas de automóviles basadas en aplicaciones, que permiten a los conductores registrarse y comenzar a recibir una cantidad por cada viaje realizado, lo que les proporciona una fuente de ingresos. Al ofrecerse el servicio dentro de una plataforma, parte del importe pagado por el consumidor va a la empresa y el conductor se queda con el resto.
En este sentido, el profesor Pedro Nery advierte que los principales desafíos de la economía colaborativa son jurídicos, especialmente en las relaciones laborales.
"Muchas plataformas han beneficiado a los trabajadores con oportunidades de empleo, pero se considera que en algunos casos hay precariedad, como en el caso de los conductores de aplicaciones", explica el experto. Según el profesor, regular desproporcionadamente estas actividades puede generar costos que los consumidores no están dispuestos a pagar, haciendo inviable el sistema.
Sin embargo, otro tipo de aplicaciones también ofrecen ventajas económicas, como los alquileres de temporada, que permiten a los propietarios ofrecer sus espacios a los usuarios que deseen quedarse durante un periodo de tiempo definido. En las plataformas se ofrecen diferentes tipos de alojamiento, como habitaciones individuales o compartidas, apartamentos, casas, pisos y cocinas, ¡en todo el mundo!
Quien encontró en este servicio una forma de obtener ingresos extra fue la abogada Gabriela Barbosa, quien desde hace unos ocho meses alquila su monoambiente en Setor Sudoeste, en Brasilia, a través de la aplicación Airbnb. Dice que, con los alquileres de temporada, consigue mayores ganancias que las que obtendría mediante un contrato de alquiler anual, por ejemplo .
La abogada identificó la oportunidad de negocio tras enterarse de que el anterior propietario ya estaba alquilando el espacio: “Me pareció interesante, así que continué”, explica.
Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas cuestiones antes de ofrecer una propiedad en alquiler. Gastos como cuotas de condominio, facturas de agua y electricidad son responsabilidad de los propietarios, al igual que todo el mantenimiento del espacio, incluida la limpieza y el cambio de ropa de cama.
Gabriela destaca que la aplicación “es muy educativa, fácil de usar y agrega valor a mi unidad al ser una tarifa diaria económica, por lo que siempre hay invitados”.
¿Oportunidad o riesgo para las empresas?
“Las empresas bien posicionadas pueden obtener beneficios, pero, por supuesto, no todos ganan. Los que se aferran al modelo anterior podrían incluso quebrar”, comenta Pedro Nery.
El profesor destaca que, en cierto modo, desde el punto de vista del progreso, es interesante que lo viejo dé paso a lo nuevo, liberando capital físico y humano para este nuevo sector que responda mejor a la demanda familiar. “Tiene mucho que ver con lo que en microeconomía se llama 'destrucción creativa': el DVD acabó con el VHS y ahora está amenazado por el streaming, y así sucesivamente”, comenta.
Por tanto, es necesario estar atento a los nuevos patrones del mercado: ¿cómo influye esto en mi empresa? ¿Cómo me posicionaré? ¿Cómo afecta la relación con los clientes?
¿Compartir para ser feliz?
Pedro Nery explica que la tendencia de la economía colaborativa sigue un movimiento que ha existido siempre. "Las ciudades existieron y crecieron a partir de la especialización de la economía, y los consumidores se unieron sin saberlo para pagar una serie de servicios que no conocían", explica el economista. De esta manera es posible, por ejemplo, mantener un restaurante en funcionamiento, con una pequeña financiación de varias personas.
Asimismo, el avance de la tecnología trae este movimiento a otros mercados, en los que había altos costos de transacción, como el inmobiliario y el automotor. “Pero ya compartíamos, por ejemplo, libros con las bibliotecas”, destaca la docente.
Pedro también destaca que, desde el punto de vista de la economía del comportamiento, tiene mucho sentido priorizar la experiencia sobre la propiedad del producto. " Los estudios demuestran que es el camino hacia una vida más feliz. Poseer bienes trae felicidad durante un breve periodo de nuestra vida diaria, sólo durante el tiempo que realmente pasamos con el bien en cuestión, como cuando conducimos un coche nuevo", afirma el maestro.
Al permitir al consumidor utilizar el producto sólo durante el tiempo deseado, además de permitir una mayor diversidad de consumo, ¡la economía colaborativa acaba potenciando este sentimiento de satisfacción!
Entonces, es muy probable que ni siquiera supieras que, a través de algunas elecciones rutinarias, terminas colaborando con este sistema múltiple y atractivo, ¿verdad?
Pero ahora cuéntanos: ¿qué tipos de servicios compartidos has utilizado?