El equilibrio federativo y el sistema de relaciones intergubernamentales juegan un papel dominante en la eficiencia y eficacia de las políticas públicas. Se trata de una cuestión que concierne a todas las federaciones, pero que alcanza una dimensión aún mayor en el caso brasileño, dados los problemas que plantea la existencia de marcadas desigualdades regionales. Cuando las desigualdades en la federación
son grandes, la descentralización del poder y los medios necesarios para ejercerlo encuentran límites dictados por la diferencia de situaciones encontradas. Mientras que las regiones más ricas pueden prescindir casi por completo de la ayuda federal, las más pobres dependen de ella para llevar a cabo sus tareas satisfactoriamente. El equilibrio federativo depende, por tanto, del funcionamiento de un sistema de relaciones intergubernamentales, que promueva un adecuado equilibrio en la distribución de responsabilidades y recursos, y establezca un horizonte de estabilidad que viabilice las acciones de gobierno.
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