Texto elaborado por Alanna Nascimento, licenciada en periodismo del IDP.
Hablar de sexo, y de todo lo que concierne a la vida sexual, sigue siendo un tabú en la sociedad, especialmente cuando se trata de personas mayores sexualmente activas. Este miedo a discutir abiertamente el tema, aunque ha disminuido con los años, es uno de los factores que influye en el “descuido” de las personas mayores de 60 años en relación al uso de métodos preventivos y contribuye al aumento del número de casos. Infecciones de transmisión sexual, como el VIH y la sífilis.
Aunque en varios momentos se considera un tema prohibido, la sexóloga Kátia Arruda explica que, entre los mayores, el tema se trata con más naturalidad que entre los más jóvenes. “Entienden que el bienestar sexual es parte del bienestar general. Todavía no cubre a toda la sociedad, sino a las personas con acceso a la información”. dice el especialista.
Con el avance tecnológico y la facilidad de acceso a sitios web, redes sociales y medios de comunicación en general, discutir e investigar más libremente sobre este tema se ha vuelto más fácil, lo que resulta en un crecimiento de la libertad sexual, especialmente para las personas maduras.
“Las redes sociales han abierto una manera de hablar, orientar e informar sobre sexo. Hay más podcasts, profesionales de la sexualidad y, principalmente, revistas electrónicas”. dice la sexóloga Kátia Arruda.
Para Milton Crenitte, geriatra, lo que hace que aumenten los casos de ITS y VIH entre las personas mayores es el hecho de que no existen políticas públicas adecuadas para la prevención de ITS enfocadas en el grupo etario. En 2019, el Ministerio de Salud lanzó una campaña de prevención dirigida a este público. Sin embargo, acciones como ésta son escasas en el país, lo que preocupa a los expertos, pues, para que el número de contagios en este grupo disminuya, es necesario pensar en campañas específicas.
“Lo más importante para nosotros es entender la escena sexual, como si fuera un teatro: quién es el actor, cuál es el guión y dónde se desarrolla esa vida sexual. Entonces podremos planificar mejor una estrategia de prevención”. dice el geriatra.
Más funciones
La libertad sexual en este grupo de edad está relacionada con el aumento de productos y técnicas de terapia hormonal que cada vez están más surgiendo en la industria farmacéutica, erótica y de productos sensuales. En consecuencia, esto aumenta la posibilidad de sentirse más cómodo al mantener relaciones sexuales durante un período prolongado de tiempo, además de ayudar al bienestar individual.
“La industria del mercado erótico y sensual en Brasil es una de las más modernas y cada año lanzan productos, principalmente estimulantes y lubricantes tópicos, que no sólo se utilizan para las relaciones sexuales”, explica Kátia. Esta aparición de opciones para disfrutar del sexo se traduce en un aumento de la calidad de vida, especialmente para las mujeres maduras -las mayores de 60 años- que entienden que el sexo no se trata de frecuencia sino de calidad.
El boletín epidemiológico emitido por el MS en 2018 muestra que el número de casos de infección por VIH en este grupo de edad ha crecido un 103% en los últimos diez años. Esto demuestra que, a pesar de todos los avances de la ciencia y la conciencia general, todavía prevalece la resistencia contra el uso de métodos preventivos.
“En la época de la epidemia de VIH/SIDA, las personas que ahora tienen 60 años o más estaban generalmente casadas y no usaban condones. Muchas de ellas pueden estar ahora separadas o enviudadas, por lo que es la falta de práctica y conocimiento lo que las hace más propensas a no utilizar protección”. explica el especialista.
Riesgos y tratamiento
A pesar de brindar mayor libertad a este público, el uso de estimulantes y medicamentos para la disfunción eréctil puede causar daños a la salud si son utilizados por personas no recomendadas, como cualquier medicamento.
Los datos sobre la enfermedad difundidos por el MS muestran que el género más afectado por la enfermedad en este grupo de edad es el masculino, con el 12,6% del porcentaje de infectados a esta edad, el doble que las mujeres.
Los estudios sobre el contagio durante esta edad muestran que el abuso de bebidas alcohólicas antes de la actividad sexual es otro factor que contribuye al aumento de la contaminación. Las acciones durante el efecto del alcohol en el organismo se realizan según la emoción, el olvido o la falta de interés en protegerse combinado con el uso de estimulantes, lo que lleva a la propagación de la enfermedad y dificulta el descubrimiento de nuevos casos de la enfermedad, ya que Los individuos no recuerdan lo que pasó.
Para Milton, la serofobia interfiere con el descubrimiento de casos de VIH, dado que el miedo a descubrir que se tiene el virus en el cuerpo es una realidad dentro de la sociedad, dificultando las formas de tratamiento que podrían utilizarse si la enfermedad aún se encuentra en sus primeras etapas. inicial.
El geriatra advierte que el tratamiento de la enfermedad en personas maduras debe realizarse con mayor cuidado, ya que son naturalmente propensos a un cambio en la inmunidad y, en consecuencia, son más vulnerables y sensibles a las enfermedades y sus tratamientos. Además de tener cuidado con otros aspectos relacionados con la salud a medida que envejecen.
"Es importante que las personas mayores que viven con VIH continúen su seguimiento para evaluar si mantendrán o cambiarán el antirretroviral y cómo se hará. Además, pensar también en otras formas de atender las consecuencias que acompañan al envejecimiento. como promover la salud, hacer actividad física, saber si tienes osteoporosis, pensar en la salud ósea y la salud mental”. señala el médico.
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